domingo, 10 de agosto de 2014

Premio Andersen: “Nobel de la literatura infantil”


El Premio Hans Christian Andersen fue otorgado por primera vez el 2 de abril de 1956. Esta fecha conmemora el natalicio del autor de La Sirenita.  En esa ocasión, correspondió a la autora inglesa Eleanor Farjeon (1882-1965). Esta escritora se hizo famosa con su obra “Martin Pippin en el huerto de las manzanas”.

Partiendo de un artículo del cubano Antonio Orlando Rodríguez, miembro de la organización colombiana Taller de Talleres, nos enteramos de importantes datos sobre el IBBY, Organización Internacional para el Libro Infantil, los premios Andersen y los autores que han merecido dicho premio, catalogado como el Nobel de las letras infantiles.
IBBY tiene secciones nacionales en unos 50 países. Estas secciones someten cada dos años, un autor y un ilustrador como candidatos al Andersen
Un jurado internacional (diez especialistas en literatura para niños), decide quiénes son los autores premiados una vez estudiadas sus obras.
Al principio, el Andersen se entregó basándose en una obra de autor, pero después decidieron premiar la producción total del escritor elegido.



Astrid Lindgren (Suecia, 1907-2002) fue la siguiente ganadora del Premio Andersen en 1958 por su obra “Rasmus y el vagabundo”. Astrid es la autora de “Pippa Mediaslargas”. En República Dominicana, se dio a conocer a través de la televisión con el nombre de “Pippi Calzaslargas”, una niña de 9  años, pelirroja y pecosa que tenía ciertos poderes —levantaba a su caballo Pequeño Tío con una mano—, huérfana de madre con un padre pirata (ausente muchas veces porque era rey de los congoleses), y vivía con sus animales en una casa llamada Villa Villekulla. Fue sin dudas, un personaje revolucionario en los libros dirigidos a niños desde su publicación en 1945. Pippi se convirtió en ídolo con su ruptura de lo concebido: decía mentiras, no iba a la escuela, no soportaba las reglas sociales, hacía lo que quería cuando quería.


Astrid Lindgren
Como es natural, los pedagogos de la época criticaron a Pippi pero ella se convirtió en símbolo de libertad y fantasía viviente en cada niño o niña del mundo.
Hoy, la trilogía de “Pippa Mediaslargas”, “Pippa se embarca” y “Pippa en los mares del Sur”, constituyen un clásico del género.


Erich Kastner (Alemania 1899-1974) fue el ganador del Andersen en 1960.
Es en esta ocasión cuando los premios empiezan a otorgarse en base a toda la obra del autor. Erich Kastner tenía precisamente toda una vida dedicada a la infancia. Su obra más famosa es “Emilio y los detectives”, publicada en 1929. Citando a Antonio Orlando Rodríguez: “La novela es no sólo un relato de intriga y suspenso, sino también una exaltación de la solidaridad y de la responsabilidad social de la infancia”.

Erich Kastner (Alemania 1899-1974) fue el ganador del Andersen en 1960.
 Meindert De Jong

En 1962, el ganador fue Meindert De Jong, norteamericano de origen holandés, nacido en 1906. Entre sus obras se encuentran los cuentos “El ganso gordo” y “El patito blanco”, así como los libros “La colina que canta”, “Una gata casi blanca” y “Una rueda en el tejado”.
René Guillot (Francia 1911-1964) es el siguiente ganador. Fue llamado “El Kipling de las letras francesas”. Sus obras tienen como protagonistas a animales de la selva africana: “El príncipe de la jungla”, “Sirga, la leona”, “Kro, el leopardo”, “Daro, el chimpancé” y “El señor de los elefantes”.
La siguiente ganadora fue la finlandesa Tove Jansson en 1966.
Nacida en 1914, se la comparó con Lewis Carrol, porque Jansson muestra en su obra magníficas dotes de fabuladora y facultades para crear el absurdo o “non sense”, tal y como el célebre autor de “Alicia en el país de las maravillas”.
Esta autora narraba, hacía poesía e ilustraba magistralmente sus propios libros. Convirtió los famosos trols, seres míticos del folklore de Finlandia, por lo común malévolos y dañinos, en animalitos bonachones, similares a hipopótamos pequeños, habitantes de un pacífico valle y además amantes del hogar y cultivadores de la amistad.
Tove Jansson es prolífica pero entre sus libros con los Mumintrolls se citan: “La familia Mumin”, “Memoria de papá Mumín”, “Una noche de San Juan bastante loca”, “La niña invisible”, “La llegada del cometa” y “La familia Munín en invierno”.
1968 está registrado como el año en que se otorga el Andersen a dos autores a la vez: el español José María Sánchez Silva y el alemán James Kruus.
El primero se hizo famoso por su obra “Marcelino, pan y vino” de la cual no hay que abundar porque muchos dominicanos la conocemos, incluso en su versión cinematográfica.
No puedo negar que me sorprendí al ver esta obra entre las ganadoras del Andersen, pues se siente un poco manipuladora de las emociones, pero no hay dudas de que se convirtió en un clásico entre las obras hispanas.
James Kruus se maneja dentro del “non sense” o disparate. Entre sus obras “La fiesta de las muñecas”, “El águila y la paloma”.
Dice Antonio Orlando Rodríguez que es posible que estos dos autores no sean tan reconocidos como  otros ganadores del Andersen debido a que sus obras no llegan a trascender los niveles de originalidad exigidos en otras oportunidades.


En contraste, el ganador de 1970, Gianni Rodari (Italia, 1920-1980), sí que se la luce con su obra fantasiosa, creativa, imaginativa e innovadora. Además de narrador, era maestro y periodista. Poseía un sentido del humor a prueba de calamidades.
Muchas de sus creaciones se publicaron por vez primera en los periódicos y suplementos infantiles. Después se recopilaron y se convirtieron en libros. Entre las obras más conocidas de Rodari se nombran: “Cuentos para jugar”, “Cuentos escritos a máquina”, “Las aventuras de Cebollino”, “El libro de los por qué”, “Érase dos veces”, “Las aventuras de Tonino el invisible”, “Gip en el televisor”, “La tarta voladora” y “Cuentos por teléfono”.

Por Leibi NG
Publicado en LA NACIÓN
lunes 3 de agosto de 1998

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